Una amenaza de bomba hizo que se realizara la evacuación de la clínica Santa Catalina, ubicada en pleno centro de Allen. Bomberos y efectivos policiales requisaron el edificio de la institución de salud y no hallaron ningún artefacto explosivo. Sin embargo durante todo el ‘operativo’ la gente siguió en las inmediaciones, comercios contiguos e incluso en la propia clínica realizando los ‘trámites habitualmente’ y como si nada.
Los primeros en actuar fueron los uniformados policiales quienes con un patrullero de la Unidad Sexta cortó el tránsito sobre la calle Tomás Orell, a la altura de Juan B Justo, mientras los inspectores de tránsito del Municipio brillaban por su ausencia.
Mientras un grupo de efectivos comenzó a revisar la planta baja de la clínica se convocó a los bomberos voluntarios y a Defensa Civil de la municipalidad. Cabe destacar que en el lugar no actuó ningún equipo especial ni brigada anti explosivos. También debieron haber tomado nota que los primeros en actuar debieron son los bomberos Voluntarios, cortando todos los servicios, tales como electricidad, etc detalles principales en cualquier tipo de contingencia.
En los comercios de los alrededores, en la mesa de entrada de la clínica, todo siguió como si nada. En ningún momento se hizo un acordonamiento y los medios de prensa e incluso los curiosos de siempre pudieron estar en el lugar todo el tiempo que quisieron.
Recién minutos más tarde y en el medio del ‘anti operativo’ se sumó a la búsqueda del supuesto artefacto explosivo el subcomisario Miguel Mozzano, quien tiene amplios conocimientos en explosivos y es el jefe del cuartel de los bomberos de Cipolletti.
El edificio de la Santa Catalina fue evacuado y sólo una paciente que se encontraba en estado crítico debió ser trasladada en ambulancia hacia el hospital Dr. Ernesto Accame. A las 13:45 y luego de que la requisa concluyera sin resultados positivos, el director de Defensa Civil, Jorge Rodríguez, informó acerca de la falsa alarma.
Rodríguez contó que la clínica no tiene identificador de llamadas por lo que hasta ayer no se había podido determinar desde qué número se efectuó la comunicación telefónica que concluyó con la amenaza de bomba.
Aún después del caso del empleado Municipal de Cipolletti Maciel, quien años atrás falleciera producto de su involuntaria manipulación de un artefacto explosivo, queda claro que en la región y muy específicamente en la Ciudad, nada se ha hecho para elaborar un plan de trabajo coordinado ante cualquier tipo de contingencias de éstas características, las que por suerte no han terminado en tragedia producto de que hasta ahora sólo se trata de ‘bromistas’ y no ‘locos’ los que han articulado éste tipo de maniobras que dejan al desnudo las falencias que podrían dejarnos en el medio de un caos. (FM LIBRA – Río Negro)
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