El 17 de marzo estará en la calle el nuevo álbum de Kylie
Minogue, Kiss Me Once. Sin embargo, acorde a los días que corren, en los
últimos días la cantante australiana ofreció a través de publicaciones en las
redes sociales y de un par apariciones “sorpresivas” (ver recuadro Una voz en
el gimnasio) algunos adelantos del que será su duodécimo trabajo discográfico,
que trae algunas novedades.
La primera es que Kiss Me Once, una colección de 11
canciones -a las que se agrega un par en la edición de lujo- que la artista de
45 años comenzó a grabar hace casi un año, marca su debut en el sello Roc
Nation, conducido por el influyente rapper y productor Jay Z, esposo de su
colega Beyoncé.
Otra de los datos salientes del nuevo trabajo de Minogue,
quien diez días atrás irrumpió en el escenario del pub londinense The Old Blue
Last para presentar dos de sus nuevos temas - Les Sex e Into the Blue- ante una
platea que no podía salir de su asombro, es la inclusión de Pharrell Williams
entre sus colaboradores.
El productor, cuya participación en la exitosa Get Lucky,
del dúo Daft Punk, lo ubicó en los últimos tiempos al tope de la exposición
mediática, produjo el tema I Was Gonna Cancel, y sumó su nombre a los de el
productor británico MNEK y de los compositores Tom Aspaul y Sua Furler, entre
otros.
Además, en línea con su costumbre de incluir algún dueto en
sus álbumes -ya lo hizo con Robbie Williams y Jason Donovan- para su nuevo
disco Minogue convocó a Enrique Iglesias, en lo que también puede ser visto
como un guiño al mercado de habla hispana.
De acuerdo a la descripción de quienes tuvieron acceso al
material, Kiss Me Once transcurre fundamentalmente entre bases de electro-funk,
dance, disco, electrónica y dubstep, con la temática sexual -títulos como Sexy
Love, Sexercize y Les Sex lo acreditan- como uno de sus ejes principales.
“Hacer el álbum fue como recorrer un largo camino, pero me encantó.
Coincidió con un tiempo de grandes cambios y de nuevos comienzos para mí”,
contó Minogue, quien aprovechó el Día de los enamorados para repetir la experiencia
del pub londinense. Pero esa vez, en París.