Ya había pasado más de una hora y
media de show, tres cambios de vestuarios y un bombardeo de pelotas de fútbol
firmadas por él. Apenas comenzaron a sonar los primeros acordes de su superhit,
apareció en la pantalla gigante una vieja tapa de la revista Rolling Stone en
la que había declarado: “No me planteo estar cantando Da Ya Think I’m Sexy?
A los 50 años, siendo una burla
de mí mismo”.
Quizá esa frase condense el
sentido del humor, la inteligencia para reírse de sí mismo y el espíritu del
recital que Rod Stewart dio el sábado ante más de 18 mil personas -según la
organización- en el club GEBA. Aunque llegó al país con la gira mundial Live
the Life presentando su nuevo disco Time, el cantante escocés de 69 años hizo
un show repleto de hits.
Con un traje rosa furioso y una
flor en el ojal, un trío de coristas con lentejuelas y una banda con músicos
también de fiesta, Stewart salió al escenario con This old heart of mine. Allí
estaba esa voz que todos querían escuchar; esa voz ronca disfónica que puede ser
berrido y terciopelo de una canción a la otra. El resto del envase agradable
está formado por una banda de calidad, una línea de bronces y las voces
sensuales que no dejan de hacer coreografías.
La canción country Some Guys Have
All the Luck y la balada Tonight’s the Night (Gonna Be Alright) mostraron al
Rod de los 70 y 80, respectivamente. Y después llegó el cover Have You Ever Seen the Rain?
, de Creedence Clearwater Revival. En
los primeros temas, se mostró algo cansado y hasta jugó con acostarse en el
escenario. Después, llegaron las piernas movedizas, el zapateo celta y el
eterno batido de esa melena que el viento movía aún más.
Durante la noche, se las ingenió
para darle escenario a sus coristas y a su hija Ruby. La cantante y modelo
mostró una voz virtuosa en Just One More Day y luego, junto a su padre,
hicieron uno de los clásicos de la noche: Forever Young.
Otro de los momentos altos de la
noche fueron las canciones junto a una orquesta de cuerdas, integrada por
músicos de Buenos Aires. En The First Cut Is the Deepest, la canción de Cat
Sevens que grabó a finales de los 70, los seis violines y sobretodo el arpa
llegaron al germen más íntimo de una melodía preciosa; una pequeña historia
sobre la primera pérdida amorosa que, claro, es la más dolorosa.
Después volvió el rock and roll,
la pasión futbolera con Hot Legs, You’re in My Heart y Brighton Beach. “Es de
mi nuevo disco, que está fantástico. Una canción sobre los años de la
adolescencia, que ocurrió hace algunos años”, dijo sobre la última.
Maggie May -quizá su etapa más
brillante, a inicios de los 70- comenzó a marcar el final, con un Stewart en
forma, ya desalineado, lleno de simpatía y pasitos encantadores.
Sailing fue el bis. Pero antes
llegó Da Ya Think I’m Sexy?, capaz de resumir toda una carrera. Todo tan disco, con uno de los
estribillos más irresistibles de la historia reciente del rock. Todo tan glam .
Todo tan Rod. Espectáculos.