Cigarillos, bebidas alcohólicas, teléfonos y alimentos
fueron algunos de los artículos que los presos salían a comprar.
También aprovechaban para actividades tan comunes como ir a cenar a un restaurante, hospedarse en un hotel o visitar a sus familias.
Deldrick Jackson, preso en la cárcel de Atlanta, y su
novia Kelly Bass de 38, habían montado los ‘tours de compras’ para los
presidiarios.
Jackson organizaba
las salidas desde dentro y ella hacía de taxista. Kelly estacionaba cerca de la
cárcel y esperaba la salida de sus
“clientes”.
A ella le llegaban luego los pagos a través de una
aplicación de teléfono vinculada a su cuenta bancaria.
Entre noviembre y abril la pareja ingresó 4.000 dólares.
Pero su negocio se terminó en abril. Los detectives instalaron desde enero
cámaras vigilando la valla en la que los presos habían cortado agujeros, como
en una fuga de película antigua, y pudieron grabar a Deldrick y otros colegas
de la cárcel escapar, subirse al coche de Kelly y regresar más tarde.
En abril los detuvieron durante otro intento de salida de
compras. Además de la pareja hubo otros arrestados. Deldrick Jackson cumplía
condena por tráfico de cocaína y lavado de dinero.
Su delito, descrito en la investigación policial como un
"servicio de taxi para presidiarios", les ha supuesto dos
imputaciones federales por conspiración para ayudar a fugas y por evasión
penitenciaria.
Según documentos judiciales, esta cárcel había sido
investigada anteriormente por defectos de seguridad, y ya desde 2013 se
detectaron fugas breves y contrabando.
La Penitenciaría Federal de Atlanta es una cárcel
obsoleta, abierta en 1902, por donde pasaron figuras célebres, como el mafioso
Al Capone, el líder negro africanista Marcus Garvey o el pionero del fraude
financiero, Carlo Ponzi.
PUBLICADO EL 06/05/2017
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