“Yo les digo a los jóvenes que no
se droguen, que vengan acá y vendan ese saldo que tienen desde antes de abrir
el negocio, y van a ver el subidón que da”, esta y otras frases grandiosas son las que suelta el
humorista Roberto Moldavsky en sus presentaciones.
De comerciante al stand up
Hace no mucho tiempo, Roberto
Moldavsky era un humorista desconocido para la gran mayoría. Se ganaba la vida
gracias a su comercio en el barrio porteño de Once, mientras que ocasionalmente
se presentaba en alguna fiesta privada de la comunidad judía en la que,
justamente, hacía humor judío.
Después de su aparición en Ciudad
Emergente, festival que cada año se realiza en Capital Federal, logró captar la
atención de muchos jóvenes, y desde ese momento no paró de crecer.
Esta nota es un dialogo que
Moldavsky sostuvo con Diario Hoy, en el cual se refirió a su espectáculo y a
cómo ve la actualidad humorística en la televisión nacional.
—Arrancaste con el humor judío,
¿se expandió el repertorio?
—Totalmente. Tengo el distintivo
de manejar ese género, pero la mayoría de los eventos no los hago dentro de la
comunidad. Voy a trabajar con algo de humor judío porque es divertido y
distinto, pero no es lo único que me caracteriza.
—¿Cuándo te diste cuenta de que
estabas viviendo de esto?
—Vivo del humor hace tres o
cuatro años, desde que dejé el negocio que tenía. Yo te puedo decir que cambié
mi vida a los cincuenta años: la muestra más grande de que hay que hacer el
esfuerzo de vivir de lo que a uno le gusta. La mayoría de las horas de nuestra
vida las pasamos en el trabajo. Los que piensan que ya se les pasó el tren, que
se fijen en mí. La vida me cambió de verdad.
—Carlos Sánchez te nombró como
uno de los que estaba pisando fuerte, ¿qué te genera?
—Son tipos que estoy acostumbrado
a mirar como espectador, y me ha pasado con algunos monstruos que me han
mencionado. Carlos es alguien que por suerte me pude cruzar en un programa de
televisión. Que tenga la generosidad de nombrarme y la humildad de tratarme
como un par... No se puede agregar nada más. Es buena gente, no está preocupado
porque otro pueda ocupar su lugar.
—¿Cómo ves la televisión actual?
—Yo soy de la generación que,
cuando éramos adolescentes, tenía cinco o seis programas de humor para elegir:
Alberto Olmedo, Carlos Porcel, humoristas uruguayos, Tato Bores. Tenías que
elegir, había mucha oferta. Hoy te diría que está Diego Capusotto, vuelve Sin
Codificar y Morfi, que le dan un espacio al género.
No sé si hay mucho más. Creo que
la gente valora mucho el humor. No sé cuáles son los criterios de los
productores, pero sí sé que debería haber más. Donde hay humor, la gente lo
valora, lo ve y lo agradece, no es un invento corporativista mío. En la radio
también me lo hacen saber. Creo que la televisión tiene muy poco humor.
POR FM Libra 106.7-Allen-Río
Negro.
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PUBLICADO EL 5/08/2017