El presidente Enrique Peña Nieto calificó el
temblor reciente, como el más fuerte en 100 años. Pero este sismo, no es el
terremoto devastador que muchos esperan ocurran en México. Así lo aclaró Xyoli
Pérez Campos, titular del Servicio Sismológico Nacional, en conferencia de
prensa en el Instituto de Geofísica de la UNAM.
El sismo de 8.2 grados, fue una décima arriba
del terremoto más devastador en la historia del país, pero la magnitud fue un
tercio menor a la reportada en el 85.
Se sabe que un sismo de esa magnitud puede
ocurrir en el país, por ubicarse en una zona de alta actividad sísmica, pero es
imposible predecir el día y la hora cuando sucederá, por eso la investigadora
llamó a evitar la difusión de rumores, pues en las redes estuvo circulando la
supuesta fecha de un próximo terremoto de magnitud 7.9.
Desastroso pero no tanto
Un grupo de expertos explicaron por qué el sismo del 7 de septiembre, no fue tan
destructivo como el de 1985 a pesar de que fue de una magnitud mayor, sin
embargo, la intensidad menor, la distancia del epicentro y un tipo de
movimiento distinto al fenómeno de hace casi 32 años, hicieron que los efectos
en la capital mexicana fueran menores.
“El sismo del jueves, ocurrió dentro de esta
placa (la de Norteamérica) y tiene un movimiento vertical, la representación
gráfica que los sismólogos usamos para representar esa falla y el movimiento de
la misma se ve muy diferente al del 85”, detalló Xyoli Pérez, jefa del Servicio Sismológico Nacional.
Más o menos desastroso, hasta ahora el sismo
registrado la semana anterior arrojó un
saldo de 96 muertos. Sólo en Tehuantepec, la zona más castigada por el temblor,
hay 800.000 damnificados, 12.000 viviendas se han caído o han sufrido
desperfectos en Oaxaca y más de 40.000 en Chiapas. Fuente Excelsior
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PUBLICADO EL
12/09/2017