Tim Piazza, estudiante de la Universidad
Estatal de Pensilvania, fue declarado muerto en la madrugada del 4 de febrero
pasado.
Este lunes el FBI recuperó un video de vigilancia
de la noche de su muerte que, al parecer, fue eliminado intencionalmente.
La grabación mostraba que a Tim le
dieron al menos 18 bebidas durante 82 minutos, antes de que cayera de una
altura de 4,6 metros, por los escalones del sótano de la casa de la fraternidad
Beta Theta Pi.
Sin embargo, pasaron al menos 12 horas
antes de que cualquiera de los miembros de Beta Theta Pi, llamara a los
servicios de emergencia.
Los informes médicos indicaron que tenía
una fractura de cráneo y lesiones cerebrales traumáticas irreversibles, su bazo
se había roto en varios lugares, lo que provocó una hemorragia interna extensa
y un shock hemorrágico.
Ahora 26 miembros de Beta Theta Pi
enfrentan cargos relacionados con su muerte que van desde hacer novatadas, algo
ilegal en partes de Estados Unidos, hasta homicidio involuntario.
No es el único caso
En total, se han registrado 70 muertes
de estudiantes atribuidas a su participación en fraternidades desde 2000, un
número que no incluye a los fallecimientos considerados como "accidentes".
La preocupación crece al mismo ritmo que crece el poder de las fraternidades.
"Las universidades tienden a no ser
reguladoras hasta que alguien muere", asegura el periodista de Bloomberg
John Hechinger, autor de “Un verdadero caballero: la promesa incumplida de las
fraternidades de EE.UU”, una
investigación de dos años sobre las fraternidades de Estados Unidos.
Una tradición estadounidense
Las fraternidades de hoy y sus
similares, tienen su origen en la década de 1820. Se han convertido en una tradición
exclusivamente estadounidense en los campus de todo ese país.
Fundadas en valores conservadores de
camaradería y filantropía, disfrutan de una alta representación en profesiones
de altos ingresos y en la política.
Las hermandades y fraternidades tienen
aproximadamente 400.000 estudiantes de grado a nivel nacional y poseen
aproximadamente US$3.000 millones en propiedades.
En la cultura cinematográfica y
televisiva popular, la visión exterior de la vida universitaria estadounidense,
presenta frecuentemente las fraternidades, las fiestas y la diversión como
principio de la etapa estudiantil, en la que se glorifica la cultura de la
bebida.
Los estudiantes universitarios en
Estados Unidos pueden tener hasta 18 años, pero la edad legal para beber desde
la década de 1980 es de 21.
Abusos de poder
Según reportes, los cuatro estudiantes
que murieron este año eran nuevos miembros de fraternidades.
El proceso de selección para los
solicitantes a veces puede durar meses y los elegidos como provisionales, no
saben si se convertirán en miembros de pleno derecho.
"Esto crea un desequilibrio de
poder, donde los miembros mayores pueden decirles qué hacer", explica
Hechinger.
En abril, un estudiante fue acusado de
untar mantequilla de maní en la cara de un compañero, con una alergia mortal.
"Los barriles de cerveza son más
baratos, pero para los bebedores menores de edad son más difíciles de esconder.
Científicamente es muy difícil que mueras con la cerveza. Pero con el cambio a
licores más fuertes, puedes beber hasta la muerte en una hora", comenta
este periodista.
Desde la muerte de Andrew Coffey y
Matthew Ellis, de 20 años, universidades estatales de Florida y Texas han
suspendido las celebraciones de las fraternidades. En Florida se estableció una
"prohibición indefinida".
"Tim era un ser humano feliz y
cariñoso y un hijo maravilloso que solo quería unirse a una organización para
encontrar amistades y camaradería", dijo Jim, padre de Tim Piazza.
"En su lugar, murió en las manos de aquellos cuya amistad buscaba".
Fuente BBC
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PUBLICADO EL 21/11/2017