Luka
creció con el sonido de granadas y disparos. Cuando tenía seis años, su abuelo
murió por un disparo. Su padre también peleó en la guerra.
Vivir en medio de la guerra
De niño vivió en su país natal,
su hobby era ir a la casa de su abuelo y salir a buscar amigos con los que
jugar y se armó un grupo de compañeros con los que se reunía a diez kilómetros
de la casa de su pariente. No le molestaba hacer ese trayecto, de hecho
familiares recuerdan que lo realizaba a trote.
Pero fue en 1991 que su vida
cambió y se transformó en una auténtica odisea. Ese año, y hasta 1995, se
desató la guerra entre Croacia y Yugoslavia, esta última dominada por los
serbios. El padre del futbolista tuvo que ver al abuelo de Luka asesinado por el
Ejército Popular Yugoslavo.
Sin pensarlo dos veces tomó a la
familia y escaparon, básicamente desde entonces el actual jugador del Real
Madrid debió vivir en hoteles, allí más de una vez compartió habitación con
otros refugiados.
Gente que lo vio recuerda que era
impresionante la mirada triste y la frente arrugada como un anciano que
reflejaba a sus siete años de edad.
Luka Modric cuidaba cabras en una
montaña llena de lobos
El centrocampista croata apareció
en un documental, cuando era niño, en el que se le ve haciéndose cargo de los
animales en las montañas.
El documentalista asegura que
durante mucho tiempo no supo qué había pasado con ellos. La familia tuvo que refugiarse en Zadar:
«Hace unos pocos años supe que el pequeño niño que ayudaba a su padre en mí
vídeo era Luka Modric», cuenta.
Balenovic ha narrado también
algunos de los espeluznantes episodios que vivió aquella zona: «Llegó a estar
llena de minas antipersonas durante la guerra y debido a ese y a otros cambios
la mayoría de la gente y de los animales la abandonaron».
POSTEADO: 15-07-2018
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