La semana próxima parte a
Japón por primera vez en la historia el barco con cuatro pallets o 3.000 kilos
de dulce de leche. Así las cosas, tras un viaje que dura 40 días, lo que fue
fruto de una distracción de la cocinera de Juan Manuel de Rosas comenzará a
ganar el exigente paladar de los japoneses.
Para la empresa San Ignacio se
trata de la culminación de un proceso que arrancó en la búsqueda de
importadores. Luego vinieron los estrictos controles sanitarios en una planta
que es la única aprobada en la Argentina para exportar dulce de leche a Europa.
Y se sumó el diseño de muestras y etiquetas especiales en japonés. Alejandro
Reca, director de San Ignacio, considera esta exportación al mercado más
difícil como un verdadero hito. “Japón otorga un sello de calidad que permite
abrir nuevas puertas. A fin de año o a comienzos de 2019 el dulce de leche se
exportará a China. Siempre en envase de vidrio de 450 gramos”, anticipa.
También son los números dos en
queso azul que lo envían en porciones en bandejas especiales de 110 a 155
gramos. En este caso el gran demandante es Rusia que a raiz del bloqueo
comercial europeo y estadounidense incrementó pedidos en la Argentina.
POSTEADO: 06-08-2018
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