Estas "historias" se
refieren a los más de 1.000 niños, posiblemente más, que fueron abusados
sexualmente durante 70 años, por unos 300 curas católicos
"depredadores" en seis diócesis de Pensilvania, Estados Unidos.
La Corte Suprema de Pensilvania
publicó un informe que documenta los suplicios que pasaron los niños abusados y
de cómo el Vaticano y los diferentes obispos, estaban al tanto de todo.
Revisiones a los niños
El padre Chester Gawronski,
acariciaba sexualmente a niños y les decía que lo hacía para "hacer una
revisión de cáncer".
En 1997, después de que se
plantearon quejas en su contram Gawronski presentó a la diócesis una lista de
41 posibles víctimas y confirmó que en al menos 12 niños de la lista, había realizado
"la revisión de cáncer".
El cura confesó voluntariamente
haber llevado a cabo abusos sexuales en múltiples instancias y, sin embargo, de
1997 a 2002 Gawronski permaneció activo en el clero y repetidamente fue
reasignado a otras parroquias.
"Por favor ayúdeme, abusé sexualmente de un niño"
Uno de estos sacerdotes, Michael
Lawrence, le dijo al monseñor Anthony Muntone: "Por favor ayúdeme, abusé
sexualmente de un niño".
Muntone anotó la confesión en un
memorándum confidencial escrito a mano. Y aún después de la admisión del
sacerdote la diócesis dictaminó: "Esta experiencia no será necesariamente
un trauma terrible para la víctima. Todo lo que la familia necesitaba es una
oportunidad para ventilarlo".
El padre Lawrence, permaneció
activo en la iglesia durante años bajo tres obispos distintos.
Un sacerdote engendró un hijo, se casó y se divorció
El sacerdote Raymond Lukac,
embarazó a una joven de 17 años, falsificó la firma de un pastor en un acta de
matrimonio y posteriormente se divorció de la chica, poco después de que ésta
diera a luz.
A pesar de haber tenido
relaciones sexuales con una menor, de haber engendrado un hijo y de haberse
casado y divorciado, se le permitió al padre Lukac permanecer en la iglesia
mientras la diócesis buscaba "un obispo benévolo en otro estado, dispuesto
a aceptar al depredador y esconderlo de la justicia".
Un niño desnudo en la rectoría
El padre Joe Pease repetidamente
abusó sexualmente de un niño, cuando éste tenía entre 13 y 15 años.
Pease admitió a funcionarios de
la diócesis que en una ocasión había encontrado al niño desnudo en la rectoría,
pero dijo que se trataba de "un jugueteo" y que "no había
ocurrido nada sexual".
Entonces la diócesis escribió en
uno de sus memorándums confidenciales: "Por ahora estamos en un impasse:
son alegatos y no admisiones".
Los que iban a ser abusados, llevaban cruces de oro
Un grupo de al menos "cuatro
curas depredadores" estableció vínculos emocionales y abusó sexual y
violentamente de menores.
Uno de los niños fue forzado a pararse
en una cama en una rectoría, desnudo, y a posar como Cristo en la cruz para los
curas.
Éstos tomaron fotografías de la
víctima y las añadieron a una colección de pornografía infantil que habían
producido y compartido en propiedades de la iglesia.
Para facilitar la búsqueda de
víctimas, los curas daban regalos a sus niños favoritos: cruces de oro para que
usaran en el cuello.
Estas cruces eran las señales de
los niños que estaban siendo preparados para ser abusados sexualmente.
POSTEADO: 17-08-2018
POR FM LIBRA 106.7 MHZ – Mail de Contacto: fmlibra@gmail.com