Magalí
tenía 21 años y una hija de cinco. El domingo a la madrugada fue
asesinada junto a su mamá por Carlos Eduardo Monjes, quien después se suicidó
con el arma reglamentaria.
Monje amenazó a su ex novia, Magalí
Pérez. La ex suegra, Nancy Beatriz Pérez, se abalanzó para defender a su hija y
el sujeto disparó contra ambas, unos
diez tiros.
Siete disparos dieron en el cuerpo de Magalí y tres en el de la madre de la joven.
La discusión inició porque él le pedía a su ahora ex, que volvieran. Ella lo había dejado porque Monje era violento y
controlador.
Desde el momento que se habían separado,
hace unas semanas, Monje pasaba horas frente a la casa de la madre de Magalí, a
20 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en La Calera, a donde ella se había
mudado.
En medio de esa discusión, el uniformado
las ultimó, y con la última bala, el sujeto se suicidó.
Según publicó Periodismo Judicial, el
uniformado tenía dos denuncias por violencia de género de su anterior pareja y
acababa de salir de una carpeta psiquiátrica en la Policía de Córdoba, donde
después de distintas pericias psicológicas, le devolvieron el arma
reglamentaria.
Según la web citada, hay actualmente unos
222 efectivos de fuerzas nacionales que deben dejar a sus superiores su arma
reglamentaria al finalizar su horario de servicio por estar denunciados por
violencia contra sus parejas o ex.
POSTEADO: 18-09-2018
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